Frenos hechos con pastillas de carburo de tungsteno
Siempre conviene echar un vistazo a los deportivos más sofisticados o a las nuevas berlinas de alto de gama: son verdaderos escaparates de soluciones tecnológicas que a corto o medio plazo terminaremos por ver en modelos más populares. Así ocurrió en su día con el ABS, el ESP, asistentes de frenada en urgencia, radares que controlan la velocidad de forma automática o avisadores de cambio involuntario de carril. Al principio parecían estar reservados a modelos al alcance de muy pocos y hoy estos u otros equipamientos en la misma línea se han extendido a casi el cien por cien de los coches en producción.
Así el objeto de nuestro interés, en este caso son los discos de freno del nuevo Porsche Cayenne.
De entrada significar un detalle del que no se habla mucho: la abrasión entre discos y pastillas que se produce cada vez que frenamos emite en la actualidad seis veces más partículas que los motores térmicos.
Dicho esto, veamos cómo afronta Porsche el tema. La casa alemana en su Cayenne de tercera generación utiliza clásicos discos de fundición pero revestidos de Pastillas de Carburo de Tungsteno.
El Pastillas de Carburo de Tungsteno está formado por Wolframio y Carbono. Es unas tres veces más rígido que el acero, casi tan duro como el diamante: así se le conoce también como WIDIA, abreviatura en alemán de “Metail Hart Wie Diamant” o “Metal Duro como el Diamante”.
La superficie recuerda al cañón de un fusil, y el aspecto es de un espejo, completamente liso.
Paradójicamente para el frenado se precisa una buena fricción. En realidad estos frenos bautizados PSCB (Porsche Surface Coated Brake) funcionan por el fenómeno de adherencia entre dos superficies muy lisas, puesto que las pastillas utilizadas están constituidas igualmente por un material especial (que la marca no desvela) que ofrece el mismo aspecto de espejo. Además de reducir las distancias de frenado (aspecto en el que entra en juego también la adherencia del neumático) esta solución técnica ofrece una serie de ventajas.
-Más resistencia al fading o pérdida de eficacia cuando el disco alcanza altas temperaturas
-Un ataque más más contundente al inicio de la frenada
-Y la reducción de emisiones de partículas a la décima parte de unos frenos de disco convencionales